Miedo, horror y desencanto. Todo aquello que el gobierno y los medios tradicionales no quieren transmitir. Pero a lo que los soldados norteamericanos no temen. Ellos se convirtieron, poco a poco, en los nuevos cronistas de la guerra.
En el momento en el que ocurren las cosas, en sus propias palabras y leídos por miles de personas por día, los soldados se encargan de difundir las últimas noticias de Irak. Los blogs de los soldados oscilan desde presentaciones multimediales de fotos y videos, hasta textos escritos en forma de diario íntimo. Muchos bloggers argumentan que escriben para sus familiares y amigos.
En diciembre de 2004, una bomba provocó que la camioneta Humvee en la que viajaba la sargento Elizabeth Le Bel se estrellará contra una pared de cemento y su conductor, otro soldado norteamericano, resultó muerto. No había periodistas esa tarde en Bagdad por lo que la noticia no ocupó más de tres líneas en los medios, sin embargo, Le Bel se encargó de relatar el ataque horas después. Sin poder dormir después de llegar del hospital, Le Bel tomó su computadora y escribió más de mil palabras en lo que ella llamó “mi pequeña historia de guerra” en su blog “Life in this Girl´s Army”. Tres días después, Le Bel volvería a escribir en su blog. “Ahora tengo un miedo mortal a las pesadillas de las que ya vi partes. Las puedo ver en mi mente cada vez que cierro mis ojos. Veo un camión chocar contra la pared y me vuelvo a asustar”.
Según cifras publicadas por el Washington Post, unos 300 soldados norteamericanos escriben sus experiencias y vivencias personales en blogs. Uno de los casos más famosos es el de Colby Buzzell, autor de la bitácora “Mi guerra: matando el tiempo en Irak”, quien tuvo tanto éxito que publicó un libro acerca de sus días en Irak.
El sargento Chris Missick, de 24 años, autor del blog “A line in the Sand”, escribía desde Irak: “Nunca antes una guerra fue tan inmediatamente documentada. Nunca antes sentimientos desde el frente llegaron hasta los hogares con tanta facilidad y precisión. Acá me siento en el desierto, mirando fijo las profundas trincheras que separan Irak y Kuwait, y escribo mis vivencias diarias y opiniones sobre esta guerra las circunstancias por las que pasamos acá”.
Vigilancia y censura en la Web
En diciembre de 2004, una bomba provocó que la camioneta Humvee en la que viajaba la sargento Elizabeth Le Bel se estrellará contra una pared de cemento y su conductor, otro soldado norteamericano, resultó muerto. No había periodistas esa tarde en Bagdad por lo que la noticia no ocupó más de tres líneas en los medios, sin embargo, Le Bel se encargó de relatar el ataque horas después. Sin poder dormir después de llegar del hospital, Le Bel tomó su computadora y escribió más de mil palabras en lo que ella llamó “mi pequeña historia de guerra” en su blog “Life in this Girl´s Army”. Tres días después, Le Bel volvería a escribir en su blog. “Ahora tengo un miedo mortal a las pesadillas de las que ya vi partes. Las puedo ver en mi mente cada vez que cierro mis ojos. Veo un camión chocar contra la pared y me vuelvo a asustar”.
Según cifras publicadas por el Washington Post, unos 300 soldados norteamericanos escriben sus experiencias y vivencias personales en blogs. Uno de los casos más famosos es el de Colby Buzzell, autor de la bitácora “Mi guerra: matando el tiempo en Irak”, quien tuvo tanto éxito que publicó un libro acerca de sus días en Irak.
El sargento Chris Missick, de 24 años, autor del blog “A line in the Sand”, escribía desde Irak: “Nunca antes una guerra fue tan inmediatamente documentada. Nunca antes sentimientos desde el frente llegaron hasta los hogares con tanta facilidad y precisión. Acá me siento en el desierto, mirando fijo las profundas trincheras que separan Irak y Kuwait, y escribo mis vivencias diarias y opiniones sobre esta guerra las circunstancias por las que pasamos acá”.
Vigilancia y censura en la Web
En abril de 2005, el comandante en jefe de la táctica en Irak, teniente general John R. Vines, publicó el primer memorando de política sobre los blogs militares. El requisito principal recaía en que se registraran todos los blogs administrados por soldados norteamericanos. La política también prohibía la publicación de información clasificada, que revelara nombres de soldados caídos o heridos antes de que sus familiares sean notificados, y la difusión sobre incidentes en el campo de batalla que todavía no estuvieron bajo investigación.
La censura no se haría esperar. En julio de ese año, Leonard Clark se convirtió en el primer soldado que violara la nueva política. Fue multado con $1.640 y degradado de su cargo por publicar información clasificada en su blog. Su sitio fue cerrado, aunque muchos de sus posts todavía se pueden encontrar en otros sitios web. Otro de los soldados que sufrió las consecuencias de la censura fue Jason Hartley, autor del blog “Sólo un soldado más”, quien fue destituído de su cargo y multado por el contenido de sus posts.
En diciembre de 2004, después de una explosión en Mosul (Irak) en la que murieron 22 personas incluyendo 14 soldados norteamericanos, Michael Cohen, un médico norteamericano que trabajaba en un centro de atención escribió sobre lo sucedido en su blog. Sin embargo, días después posteó que sus superiores le habrían ordenado que cerrara su página ya que se violaban regulaciones de la armada, por lo que decidió cerrar el sitio web.
Frente a esta situación, otros soldados decidieron cerrar sus blogs personales después de advertencias por parte de sus superiores.
Desde la aplicación de esta nueva política, las cosas han ido empeorando y se ha establecido un rígido sistema de censura. No sólo la obligación de la inscripción de los blogs sino también la creación de una unidad especializada a la que se le ha confiado la misión de vigilar de cerca el contenido de todas las publicaciones de los soldados por Internet. Aun así, todavía se pueden leer muchas publicaciones pero sus autores son sometidos a degradaciones y multas de entre mil y dos mil dólares.
La censura no sólo llegó a aquellos blogs que revelan información clasificada, sino también a aquellos en los que se revelan opiniones desmoralizadas sobre la guerra y la ocupación de Irak.
En noviembre de 2005, la jerarquía militar envió una comunicación a los soldados titulada “Las bitácoras descontroladas pueden hacer volar el equipo de combate de una brigada” (“Loose blogs may blow up BCTs”). Con ello, el Pentágono se hacía eco del famoso eslogan producido por el gobierno estadounidense durante la Segunda Guerra Mundial: “Una boca abierta hunde barcos” (“Loose lips sink ships”).
Cheryl Irwin, vocera del Departamento de Defensa de Estados Unidos, declaró que el Pentágono no tiene una guía específica para los blogs. Irwin sostuvo que la Primera Enmienda protege a los bloggers de decir lo que desean, excepto que revelen información clasificada con lo cual se convertiría en un tema de violación de seguridad.
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